sábado, noviembre 08, 2008

Camino Equivocado hacia el 2016

Hace poco más de 6 años nos decidimos instalarnos en el barrio, que a nuestro modo de ver, reunía todo el encanto que pueda acumular una ciudad tan bonita y acogedora como Córdoba; llenas de calles empedradas, estrechas y con recovecos donde escabullirte y porque no, perderte.
De fondo un marco incomparable como la Iglesia fernandina de La Magdalena, una de aquellas que Fernando III el Santo ordenó construir tras la conquista cristiana de Córdoba y cuya portada de la Epístola es la más antigua de las iglesias de la ciudad.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte resulta casi imposible disfrutar de un punto de encuentro como era la propia plaza, ahora tomada de forma perenne por indigentes y demás tribus urbanas que sin saber porqué allí se han instalado.
Bueno, el porqué quizás sea lo más claro y es que el hecho de encontrarse edificios y locales en situación de total abandono, probablemente con fines especulativos, sirve de cobijo a quien hábilmente trepa por sus balcones sin que nadie se lo impida.
Todo ello traduce en que en el barrio se respire un cierto aroma de inseguridad, que dicho colectivo esté en boca de todo el vecindario y que,  claro esta, la plaza se haya convertido en un territorio comanche, frase por cierto que uno de los okupas me susurró la pasada semana con cierto aroma embriagador.
No compartimos en mi casa esa idea de Tolerancia Cero a determinadas actitudes, pero siempre y cuando la libertad del otro no sea libertinaje y coarte nuestra propia libertad, que es lo que está ocurriendo en el justo momento en que dejas de acudir a una zona de tu agrado.

Basta ya de la dejadez por parte de algunas administraciones públicas, basta ya de que tan solo se movilicen por fines puramente recaudatorios, ya que solamente los vemos cuando hay retirada de vehículos en la plaza y como no, en eventos celebrados dentro de la susodicha iglesia.

2 comentarios:

lalo barra dijo...

Querido Fernando, he leido con atención tu entrada y desde luego que aparte de compartir tus (vuestras) idea a cerca de la libertad propia y la de los demás, aparte de enterder que vives (vivis) en uno de los enclaves más hermosos de Córdoba y que este maravilloso marco historico, vecinal, popular y entrañable se está deteriorando, considero que en tu análisis de esa realidad has olvidado un elemento (por llamarlo de alguna forma) esencial, y es, la proximidad (solo cruzar la antigua corretera de Madrid) del luga donde el ayuntamiento ha ubicado el centro de transeuntes. Sí este centro social, se situa en el antiguo asilo municipal, justo al lado, tambien, de la casa de la juventud; este espacio o recurso social destinado a alojar a personas, que como bien has llamado, son indigentes es necesario en nuestra ciudad, al menos ha limpiado de xartones, sacos de dormir y atalayas improvisadas la zona centro, es decir paseo de la victoria, pero claro ha trasladado el problema a la plaza a la que te refieres, y más con el aliciente para esta población trasumante de encontrar edificios abandonados a los que acceden, (y porque no, yo haría lo mismo de estar en su situación))cuando el centro de transeuntes se les cierra las puertas, sí se les cierran laspuertas quizás porque sus plazas esten cubiertas, o no se respete el horario de llegada, o el comportamiento no sea el adecuado.
No quiero con esto quitarte la razón, sino poner un poco de luz en tu opinión...o quizás introducir en tu análisis un elemento más de reflesión.
Sea como fuese, es una verguenza para la ciudad las dos cosas:
una permitir el estado en que se encuentra ese entorno histórico, y dos no disponer de recursos adecuados para atender dignamente a esta población "indigente" a la que te refieres, población que tiene, en mi opinión los mismos derechos que tu y que yo, pero que por una causa u otra, (¿la crisis?) se estan acostumbrando a un modo de vída nómada y subsidiado.
Un abrazo.

Fernando A. Pozón dijo...

Lalo, conocemos de la existencia de tal centro y puedo asegurarte que los que allí acuden a diario están más necesitados que los que yo aludo en mi post; probablemente no tendrán un trabajo, una mínima paga o pensión y ni una familia a la que cuidar. Estos de aquí, sí, de hecho sus churumbos campan por el césped hasta altas horas de la noche sin la más mínima atención de sus progenitores, luego creo que el estereotipo de indigente al que nos referimos difiere notablemente.
Por lo demás, totalmente de acuerdo contigo, un abrazo